A falta de escritura, los Wari usaron la cerámica para difundir sus mensajes

Cultura | 07 de Marzo de 2023 | por: Crónica

El imperio Wari se extendió por el altiplano y la costa de Perú entre los años 600 y 1050 de nuestra era.

Todo alfarero del imperio Wari, el más antiguo de Perú, usaba el mismo pigmento negro intenso para fabricar cerámicas rituales: un signo de la influencia del imperio, juzga un nuevo estudio.

El imperio Wari se extendió por el altiplano y la costa de Perú entre los años 600 y 1050 de nuestra era. "A veces se piensa que el Inca fue el primer gran imperio de Sudamérica, pero los Wari fueron los primeros", afirma Luis Muro Ynoñán, autor del estudio, investigador asociado y antiguo científico postdoctoral del Museo Field de Chicago.

Los wari no dejaron un registro escrito (o al menos un sistema similar al que utilizamos ahora). "Como no usaban la escritura, la cultura material -cosas como la cerámica- habría sido un medio importante para transmitir mensajes sociales y políticos", dice Muro Ynoñán. "El impacto visual de estos objetos habría sido súper poderoso". Incluso pequeños detalles, como utilizar el tono correcto de un color, podían ayudar a significar la importancia y legitimidad de un objeto como parte del imperio.

"Recuerdo haber visto algunas de estas vasijas influenciadas por los Wari cuando era estudiante de arqueología en Perú, son fascinantes", dice Muro Ynoñán. "El intenso color negro que tienen es muy característico, he estado obsesionado con él durante años". Muro Ynoñán pudo finalmente profundizar en su interés por el pigmento durante su puesto posdoctoral en el Museo Field.

Él y sus coautores, entre ellos Donna Nash, conservadora adjunta del Field y profesora asociada y jefa de antropología de la Universidad de Carolina del Norte Greensboro, examinaron la cerámica de distintas regiones bajo influencia wari, centrándose en la composición química del pigmento negro utilizado. Han publicado sus hallazgos en Journal of Archaeological Science.

La formulación exacta de los pigmentos variaba de un yacimiento a otro, pero en general había una sorprendente similitud: muchas de las vasijas wari examinadas en el estudio utilizaban pigmento negro hecho de minerales que contenían el elemento manganeso.

"Algunos de los yacimientos, concretamente en el norte de Perú, utilizaban una receta diferente para el negro, con minerales ricos en hierro y calcio, antes de la llegada de los Wari, pero después de que éstos se hicieran con el control, cambiaron a las recetas basadas en el manganeso", afirma Muro Ynoñán. Este cambio hace sospechar a los autores que el imperio Wari ejercía algún tipo de "control de calidad" sobre la cerámica producida en las distintas regiones, tal vez incluso suministrando a los artesanos el pigmento negro "correcto".

"En general, los minerales negros son relativamente fáciles de obtener en los valles que estudiamos", afirma Muro Ynoñán. Pero un mineral negro cualquiera no encajaba en la imagen oficial de los wari; en su lugar, cree que los artesanos podían haber recibido de la capital wari minerales que contuvieran manganeso para producir el tono correcto de negro.

Los cambios de tonalidad son sutiles, pero Muro Ynoñán afirma que el significado simbólico del uso del "negro wari" puede haber sido muy importante. "En general en la región andina, el color negro se relaciona con los ancestros, con la noche, con el paso del tiempo. En la época Wari, el color era probablemente importante para imponer una ideología Wari específica a las comunidades que conquistaban."

Aunque los colores de la cerámica wari podrían indicar el control imperial, las cerámicas de las distintas regiones mantienen su propio carácter local. "Los alfareros locales tenían mucha flexibilidad para producir una cultura material híbrida, combinando el estilo y la decoración imperial wari con los suyos propios", afirma Muro Ynoñán. La cerámica estaba unificada por el uso de pigmentos negros que controlaba y ponía en circulación el imperio wari a través de sus canales comerciales imperiales, pero a partir de ahí, los artistas podían dar su propio giro a sus obras.

"Una cosa que espero que la gente se lleve de este estudio es que todos los bellos artefactos que se ven en un museo fueron hechos por personas reales que eran muy inteligentes y poseían tecnologías específicas para lograr sus objetivos", dice Nash, coautor del estudio.

"Además, estas personas compartían tecnologías y tomaban decisiones. Los artesanos hablaban entre sí y aprendían unos de otros, pero a veces coexistían múltiples formas de hacer las cosas, como crear líneas negras y decoración en una vasija decorada. Estos diferentes enfoques del mismo problema pueden haber persistido debido a diferencias de riqueza o de clase, pero también puede ser que algunas personas estuvieran dispuestas a probar cosas nuevas, mientras que otras preferían sus tradiciones".