Lilia Cedillo una eminencia científica  de la BUAP en la investigación Biomolecular

Transparencia | 23 de Julio de 2021 | por: Redacción

 Adelantó  el riesgo de la tercera  ola de Covid-19

Para la doctora Lilia Cedillo fue un gran reto hacerse  cargo, como directora, del Centro de Detección Biomolecular de la BUAP, el cual surge a raíz de la pandemia de influenza AH1N1 en el año 2009 por iniciativa de un grupo de investigadores, liderados por el doctor Ygnacio Martínez Laguna, que es  un orgullo para la universidad.

“A él se debe que naciera este centro y a mí me tocó ser la mamá que llegó después y lo recibí con todo lo que el doctor Ygnacio había conseguido a través de un proyecto financiado por el Conacyt, por el gobierno estatal y por nuestra institución.

Me tocó echar a andar a ese niño para que diera sus primeros pasos y en ese sentido yo agradezco muchísimo la colaboración de mis compañeros que trabajan en el Centro de Detección Biomolecular, quienes, además de muy profesionales, son personas muy entregadas, siempre dispuestas a dar lo mejor de sí en aras de contribuir al conocimiento científico, pero también a la salud de los y de las universitarias”.

Actualmente la doctora Lilia Cedillo, sigue paso a paso el comportamiento de la epidemia de Covid-19 y desde sus análisis  previó la tercera ola de contagios  de coronavirus con las nuevas variantes de mayor virulencia.

Es destacada investigadora de la BUAP, formada en este semillero de conocimiento interdisciplinar que construyó el Instituto de Ciencias (ICUAP), Lilia Cedillo es una químico fármaco bióloga cuya biografía funde los caminos de transformación y modernización que vivió la Autónoma de Puebla y el conjunto de la ciencia mexicana desde los años setenta del siglo pasado.

Su historia es también la representación de un amplio conjunto de mujeres que emerge en varias disciplinas científicas y reclama su lugar en el campo de las ciencias, la tecnología, la informática y las matemáticas (STEM), un espacio tradicionalmente masculino que empezó a pluralizarse gracias a personas como ella. 

Perfil  académico y científico

 La Dra. María Lilia Cedillo Ramírez nació en la ciudad de Puebla, estudió la licenciatura en Químico Farmacobiólogo en la Facultad de Ciencias Químicas de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, realizó estudios de maestría y doctorado en Microbiología en la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del Instituto Politécnico Nacional, además de realizar una estancia posdoctoral en el Departamento de Microbiología de la Universidad de Alabama en Birmingham, Estados Unidos.

Lilia Cedillo  ha sido profesora investigadora del Centro de Investigaciones en Ciencias Microbiológicas del Instituto de Ciencias (ICUAP) de la BUAP, del cual fue también directora, así como vicerrectora de Extensión y Difusión de la Cultura y directora del Complejo Cultural Universitario.

Actualmente, es directora del Centro de Detección Biomolecular de la BUAP e integrante de la Comisión Institucional para el Seguimiento y Evaluación de la Pandemia por el SARS-CoV-2.

Recuerda  cómo nació su inquietud  por la química y otras ciencias  cuando  “ en alguna ocasión me han preguntado que si de niña ya tenía yo vocación para la ciencia y les digo que lo más cercano de mi vocación científica fue mezclar ingredientes para inventar nuevas cosas y jugar con eso. De niña me gustaba mezclar todo lo que encontraba y yo creo que ahí estaba oculto mi espíritu de química y por eso me dediqué a esa carrera. La microbiología llegó a mi vida sin que me diera cuenta y uno no se da cuenta quizá porque tiene buenos mentores”.

En ese sentido, nuestra institución ha sido de verdad pionera en muchos aspectos, pero también para motivar a los niños, a los jóvenes, a las jovencitas y a las niñas a hacer ciencia.

Por eso es fundamental compartir con ellos muchas de las experiencias y anécdotas que ha tenido una y eso pasó en mi caso.

 

La microbiología

Yo recuerdo con muchísimo cariño al doctor Jorge Gómez, también al doctor Guillermo Pérez y Pérez o al doctor Arquímedes Morales Carranza. Ellos me apasionaron por este mundo, ellos me hicieron ver que la microbiología era ese mundo invisible que nosotros desconocemos en tantos aspectos.

Y todavía recuerdo, cuando en algo no encontrábamos contestación, cómo el doctor Arquímedes Morales Carranza nos proponía temas para tesis doctoral.

Y sí es cierto que todo aquello que desconocemos nos motiva a seguir buscando. Así me interesé en la microbiología y así me enamoré de los micoplasmas de las bacterias con las que he trabajado durante más de 30 años.Aunque también debo reconocerlo: me volví infiel a los micoplasmas durante un tiempo. Lo he sido y confieso mi infidelidad hacia los micoplasmas, aunque hice mi tesis de licenciatura sobre el papel de estos microorganismos en las infecciones del tracto respiratorio.

En más recuerdos de su formación profesional comenta  que : “ Varias personas influyeron en mi vida y en mi pasión por la microbiología, como la doctora Silvia Giono Cerezo, a quien considero mi mamá académica. Ella formó a jóvenes investigadores y muchos de ellos se desarrollan hoy, y de manera muy muy exitosa, en diferentes partes de nuestro país y en el extranjero. O el doctor Morales Carranza, a quien yo le agradezco que me haya cobijado en su laboratorio cuando nosotros comenzamos.

Este texto fue precisamente el que provocó que a los micoplasmas se les tomará en cuenta como posibles agentes que causan la exacerbación del asma y por eso diferentes grupos de científicos en todo el mundo empezaron a considerar los micoplasmas, en particular el Mycoplasma pneumoniae.

Otro tema que me produjo una gran satisfacción fue trabajar con una paciente que tenía un cuadro de lo que ahora sabemos que es síndrome antifosfolípido, una enfermedad autoinmune que se produce cuando el sistema inmune crea anticuerpos que coagulan la sangre más rápidamente.

Nosotros tuvimos el gran honor de haber aportado una parte de la investigación sobre esta bacteria. Entonces, cuando se puede decir “ya sembré un árbol, ya tuve un hijo y ya escribí un libro”. Y todo me sucedió al encontrar el Mycoplasma penetrans. Y luego se agregó otra nueva etapa en mi vida científica.